Los residuos sólidos orgánicos que los ciudadanos depositan en los contenedores marrones de reciclaje permitirían producir en la actualidad la cantidad de compost necesario para satisfacer el 8 % de los nutrientes que demanda la agricultura urbana y periurbana, lo que reduciría en un 39 % los impactos ambientales como la eutrofización del agua y en un 130 % el calentamiento global.
Esta es la conclusión principal de un estudio realizado por el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB) de la Universitat Autònoma de Barcelona que analiza el potencial del compost producido a partir de residuos sólidos orgánicos como substituto de los fertilizantes minerales producidos industrialmente.
El estudio, publicado en la revisa Waste Management, determina que la producción estimada de compost para el año 2025 podría llegar a abastecer el 21 % de las necesidades de nutrientes de los cultivos urbanos y periurbanos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), con lo que se reducirían aún más los impactos ambientales. (+Info)
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